Hace más de seis años y por curiosidad, no por convicción, empecé a probar desodorantes naturales. Ha sido un largo camino, no especialmente sencillo de recorrer pero en el que he aprendido mucho. Hoy voy a intentar hacer una especie de guía por si queréis introduciros en este mundo o estáis en él y andáis perdid@s.
UNO: El “más difícil todavía”
Vivimos en un tiempo en el que lo “cool” es lo “easy”, lo “fast” y lo “low”. Hemos aprendido a que lo bueno está a un solo click, que la eficacia tiene que durar 48 horas y que la higiene se ha de comprar a precio de mercadillo. Si comulgáis con esta filosofía, vuestra historia con los desodorantes naturales está condenada al fracaso. Si no estáis dispuestos a revisar vuestras creencias, olvidaos del tema. Paciencia, constancia y buenos alimentos, como forma de vida.
Cotton Fresh Deodorant Cream - Evolve Organic Beauty |
DOS: ¿Por qué?
Por salud.
Sudar es un proceso natural de nuestro cuerpo. Mediante el sudor eliminamos toxinas (que están mucho mejor fuera que dentro) y regulamos la temperatura corporal. ¿Glamuroso? Pues no… como tantas cosas que hacemos a diario (espero) y que nadie puede hacer por nosotros, pero sí imprescindible.
Desde este punto de vista, pensemos en los desodorantes “antitranspirantes” que reducen la sudoración. Prometen eficacia pero ¿a qué coste? Si no eliminamos toxinas porque utilizamos un producto que nos lo impide, las acumulamos (en una zona complicada, por cierto) pero además, el ingrediente que se utiliza comúnmente para reducir la sudoración es la sal de aluminio. El aluminio tiene una toxicidad alta y hay numerosos estudios que lo relacionan con un incremento del cáncer de mama y también con algunas enfermedades neurodegenerativas.
Efectivamente hay en el mercado tradicional otras alternativas que no contienen este ingrediente y que presumen de haber eliminado otros que tampoco tienen muy buena fama como el alcohol, los parabenos o el perfume pero ¿son una verdadera alternativa? Para mi no, su inci tampoco suele ser una maravilla.
TRES: ¿Cómo elegir?
Me temo que mis siguientes palabras van a ser descorazonadoras para los amantes del “ir sobre seguro”: la técnica consiste en ensayo-error.
Sí podemos sentar una base: la vida se divide entre los que toleran el bicarbonato y los que no. Si lo toleras, eres afortunad@ si no, un poco menos. Es un ingrediente muy eficaz controlando el mal olor porque tiene propiedades antibacterianas pero también es bastante irritante. Es un habitual en las formulaciones de muchos desodorantes naturales aunque cada vez existen más alternativas. Dicho esto, también os digo que todo va a depender del porcentaje en el que se incluya y también de los ingredientes que lo acompañen.
Es realmente fácil descubrir este punto. Si lo eres, en un plazo relativamente corto, podrás notar la axila roja, picor y puede que descamación (en mi caso, los tres). Es normal, no te asustes. Dejándolo de usar, en poco tiempo recuperarás la salud de tus axilas. Solo debes vigilar cómo evoluciona tu piel tras la aplicación. Si la reacción ha sido tras un solo uso, te recomiendo que no lo vuelvas a utilizar; si ha sido tras varios, quizá puedas terminarlo alternándolo con otro (de esto hablaré más tarde).
Más allá de esto, y sobre productos en particular, he aprendido que es difícil encontrar algo que le sirva a todo el mundo. No voy a decir eso tan manido de “cada piel es un mundo” pero sí que cada persona lo es.
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Deodorant Cream Citrus - Soap & Walla |
CUATRO: ¿A qué huelen las personas?
Como las nubes, me temo que no.
Llegamos a un punto bastante relevante. No creo que sorprenda a nadie si digo que cada persona huele de una forma distinta. El olor corporal de cada uno es diferente. En él influyen diversos factores difícilmente controlables, en su mayor parte aunque no en toda. Las pieles grasas, suelen tener un olor más intenso que las pieles secas; las hormonas juguetonas, en los diferentes momentos del ciclo, en el caso de las mujeres, o a edades tempranas, en el caso de los adolescentes, modifican el olor corporal, haciéndolo más penetrante… pero hay un par de elementos que sí podemos controlar: la alimentación y la ropa.
Hay estudios que revelan que, el ingerir determinados alimentos, modifica (y empeora) nuestro olor corporal: especias como el curry o los cominos; algunas hortalizas como la cebolla, el ajo y los espárragos; las carnes rojas o el pescado… Sin olvidar el tándem alcohol y tabaco. Todos ellos y algunos más no ayudan mucho a oler a nubes. Si los comemos, ayudemos a nuestro cuerpo a eliminarlos bebiendo suficiente agua.
A la hora de vestirnos, las prendas sintéticas ayudan a propagar el mal olor. Las fibras naturales absorben la humedad y dificultan que las bacterias se propaguen.
CINCO: Metamorfosis
“All good thing to those who wait” H.L.
No pretendo que este punto sea disuasorio pero me temo que puede llegar a serlo. La utilización de desodorantes naturales, es un camino de no retorno. Cuando empecé con ellos, la mayoría no me funcionaban durante un periodo relativamente largo o me funcionaban hasta que un buen día dejaban de hacerlo. Entonces tenía un desodorante tradicional para esos días que necesitaba sentirme segura. Con el tiempo y según iba usando más desodorantes naturales, noté que su eficacia aumentaba a la vez que la de los tradicionales, se hundía en la miseria. Llegó el momento en el que la marcha atrás era inviable: los tradicionales dejaron de hacerme efecto. Podría ser un caso aislado, podría… pero se que no soy la única.
Gentle Deodorant Cream - The Natural Deodorant Co. |
SEIS: Alternancia
El secreto del éxito. Aplicad la fidelidad al mundo de los desodorantes tradicionales porque, en el de los naturales, todo es más bonito si eres infiel.
Tras mucho “ensayo/error” he descubierto que la mejor manera de parecer un ser celestial es utilizar varios desodorantes a la vez, incluso con bicarbonato (no todos llevan la misma proporción y su combinación con otros ingredientes que puedan contrarrestar el efecto irritante, los puede hacer aptos para su uso en pieles sensibles). Su efectividad parece disminuir si los utilizo de forma continua… Como si las bacterias (que son las causantes del mal olor, no el sudor en sí), se acabaran acostumbrando a un desodorante y adiós eficacia. Vivo para marearlas y hacerles la vida imposible. Así soy yo.
SIETE: United Colors of Deodorants
O lo que es lo mismo: para gusto, los colores. Actualmente podéis encontrar una variedad sin fin de desodorantes, en una variedad ídem de formatos: en polvo, en spray, en barra, en crema, en roll-on, sólidos… Pedid por esa boquita y no renunciéis a olores maravillosos al batir las alas: cítricos, florales, dulces, amaderados… todo para haceros felices.
Los más cómodos, desde mi punto de vista son los que vienen en barra pero mis preferidos son los que vienen en formato crema porque dejan la axila seca y nutrida y porque, al aplicarlo con los dedos, no friccionamos la zona con el desodorante (creedme, es mal).
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Cedarwood Juniper - Schmidt's Natural Deodorant |
OCHO: “Must be funny in the rich man’s world”
Los hay de muchos precios, pero es cierto que, en comparación con los convencionales, son más caros. Si buscamos algo más que un desodorante tradicional y buscamos un producto de venta en grandes superficies o en parafarmacias, que no contenga aluminio, perfume o alcohol, los precios se van incrementando y las diferencias, disminuyen.
Otro tema, también a tener en cuenta pero que no soy capaz de valorar porque lo desconozco, es la duración de ambos productos. Se que, aproximadamente, un desodorante de los que yo uso, viene a durar unos 3 meses de uso continuo. No recuerdo cuánto me duraba uno tradicional pero creo que no tanto.
NUEVE: “Mi tesoooooroooo”
Estaría feo cerrar la entrada sin hablar, aunque sea sumariamente de los señores de mis axilas siempre advirtiendo, como he hecho al comenzar, que más que verdad suprema, es una mera anécdota y que si a mi me funciona, no garantiza que lo haga en ti:
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Vainilla + Manuka - The Natural Deodorant Co y Cotton Fresh Deodorant Cream - Evolve Organic Beauty |
Llegué a Vainilla + Manuka después de probar la versión Tangerine de The Natural Deodorant Co, ambos para pieles sensibles. Quise cambiar, encontré el amor. Me funciona mejor y me gusta más cómo huele. Es una delicia. El único punto negativo es que es difícil de eliminar de las manos después de haberlo aplicado pero es un mal menor.
Segundo envase de Cotton Fresh Deodorant Cream de Evolve Organic Beauty. Me enganchó su olor y me animé a usarlo aunque sí lleva bicarbonato. Sorprendentemente, puedo usarlo bastantes días seguidos sin que me de reacción aunque, al final, acaba dándome. Lo utilizo los días en los que necesito más protección.
DIEZ: "This is the end... beautiful friend"
Llegados a este punto no se si os he convencido, si os he podido ayudar o si no queréis oír hablar de desodorantes en una larga temporada. El resumen de mi experiencia es muy positiva. He llegado a un punto en el que los desodorantes me aguantan 24 horas; en el que levantar el brazo "es bien" porque desprende un olor agradable y en el que parece que mi cuerpo se ha desacostumbrado a muchos años de antitranspiración.
¿Siempre fue así? Desde luego que no... He olido mal muchas veces, se me ha pelado la axila algunas y he dejado de usar algunas prendas de ropa porque daba igual qué usara, siempre apestaban. Ah! y he dejado por imposible algún desodorante...
Mi planteamiento siempre fue que, aunque no pudiera llevar una vida alejada de los desodorantes de 48h de efectividad, el hecho de dejar de usarlos, aunque solo fuera un día a la semana, era positivo. Era un día menos de evitar que mi cuerpo funcionara como era debido. Con el tiempo, ese día, se convirtió en una semana entera.
Espero que os sirva de algo tanta letra. Me encantaría saber qué opináis, si habéis probado algún desodorante natural, si estáis en el camino del cambio...
Yo me despido y lo hago hasta septiembre que el sol afecta a mis neuronas.
¡Sed buen@s y os quiero ver a tod@s a la vuelta!